En la 25° Conferencia Industrial de la UIA, Alberto Fernández reforzó su alianza estratégica con esta entidad empresaria y dio un discurso plagado de guiños al sector.

Por primera vez, modificó su retórica confrontativa contra Bolsonaro -que tenía en vilo a la clase empresaria local por su integración con el país vecino- y celebró que el presidente brasilero haya propuesto tener un acuerdo pragmático.

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"Es lo que tenemos que hacer. Vamos a profundizar el acuerdo del Mercosur. Ninguna disputa personal que yo pueda tener me va a hacer poner a la Argentina en un lugar equivocado", afirmó.

No obstante, planteó una integración al mundo completamente distinta a la que viene impulsando su par brasilero, lo que en los hechos significa el principal factor que puede provocar una ruptura del bloque regional.

"Que nadie entienda lo que digo como el deseo de vivir a puertas cerradas o parar las importaciones. Pero no voy a traer camisetas de China o zapatos de Brasil para que nuestros productores sigan cayéndose. Eso no es una economía cerrada, eso es ser inteligentes. Podrían preguntarle a Juan Manzur lo que le cuesta vender limones a Estados Unidos. No son marxistas, son inteligentes", aseguró.

En cuanto al ámbito interno, sorprendió con una propuesta de diferenciar las paritarias en el interior del país, cosa que desató una ovación del auditorio, pero el propio Fernández reconoció que no tiene el visto bueno de la CGT.

"Hay que construir regímenes impositivos distintos para las pymes del interior. También le he planteado a mis amigos de la CGT, aunque no estuvieron de acuerdo, revisar la lógica de funcionamiento paritario en el interior", dijo.

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Otro de los pasajes que generó el aplauso de los industriales fue la promesa de "dejar de premiar a los que especulan y ayudar a los que producen". "Hoy la industria produce lo mismo que en el 2006 porque fueron cuatro años de especulación financiera , cuatro años donde era mejor apostar a un bono, a las Leliqs o a las Lebacs que invertir y dar trabajo", agregó.

Finalmente, volvió a dejar en claro que no ajustará la economía y anticipó que la deuda se va a pagar sin quitas "porque la tomó un gobierno democrático", pero que recién se cancelará "el día que hayamos crecido y hayamos exportado más".